Esto que os voy a contar es la versión extendida de mi sección El
laboratorio del Imaginante que se emitió el pasado 19 de octubre (sí, actualizo el blog así de despacio... ¡ejem!) en La escóbula de la Brújula.
Tenía ganas de hablar por fin del cerebro, pues es
uno de los campos de investigación en los que más se está avanzando y de los
que más prometedores resultan. La tecnología y varias investigaciones paralelas
están dando vida a todo aquello que Cajal observaba en sus tinciones,
dotándolas de significado y permitiéndonos interactuar por fin. ¿Se puede leer
un cerebro, saber en lo que está pensando su dueño? ¿Y escribir en él,
insertarle recuerdos? ¿Y cambiarlos, trocar una sensación agria asociada a una
vivencia por un recuerdo amable?
Pues de todo eso va la entrada de hoy.